En rueda de prensa Oscar Sánchez Viesca y la activista, padres de la joven que desapareció en Torreón, dieron a conocer la lentitud con la que se han manejado las investigaciones, además de una serie de irregularidades por el faltante de fojas en el expediente.
Añadió que apenas les fue entregada una copia del mismo y por eso notaron las anomalías, además de acusar al exprocurador general de la República, Eduardo Medina Mora, de tener el expediente, el cual no se encontraba desde hace un año.
Al cumplirse los 15 días de plazo, en caso de no tener respuesta, acudirán a la Corte Interamericana de Derechos Humanos, ya que no se ha hecho justicia, informó Excélsior.
Este 11 de septiembre Silvia Sthepanie Sánchez Viesca cumpliría 31 años, la joven de entonces 16 años de edad tenía aspiraciones consolidarse como una de las mejores doctoras pediatras del país, pero se vio truncado su sueño.
La entonces Procuraduría General de la República (PGR), ofreció una recompensa en el 2015 de un millón y medio de pesos a quien proporcione información verídica para dar con el paradero, pero la familia no ha recibido ninguna llamada.
Fanny y la duda de si fue secuestrada para convertirse en novia de “El Lazca”, líder de Los Zetas
El 5 de noviembre de 2004 Fanny tenía 16 años, salía de un partido de basquetbol cuando en su camino presuntamente se cruzó Salvador Alfonso Martínez Escobedo, “El Comandante Ardilla”, un integrante del cártel de Los Zetas, quien la habría entregado a su jefe Heriberto Lazcano Lazcano “El Lazca”, quien le pidió a la joven a cambio de no matarlo.
Ese día empezó la historia de una de las desapariciones más famosas en México, pues sobre la joven se han tejido muchos relatos, desde que se convirtió en la esposa de “El Lazca”, abatido por la Marina en 2012, hasta que fue asesinada.
Fanny estudiaba la preparatoria en el Colegio Español en su natal Torreón, Coahuila, le gustaba el deporte y la música de Britney Spears.
El día de su desaparición llegó a casa de una amiga a pedir dinero prestado porque le habían robado lo que tenía para el camión de regreso a casa después de un partido de basquetbol al que fue a apoyar a sus compañeros de escuela, pero aparentemente nunca tomó el autobús, como lo señalaron conductores de las últimas unidades. A la mañana siguiente empezaron su búsqueda.
Seis meses antes de su desaparición, Fanny había comentado a su madre que en las calles contiguas a su anterior domicilio se dio cuenta que le tomaban fotos desde un auto y cuando corrió, el auto la siguió por unos minutos, pero no pasó nada más, por lo que nunca prestaron atención al incidente.
Días después de la desaparición, en un mensaje anónimo depositado en una caja en un restaurante en el que sus padres pedían apoyo económico para su búsqueda que alguien escribió que habían llevado a Fanny a Matamoros, Tamaulipas, a trabajar en un table dance.
Declaraciones incluidas en la averiguación previa señalaban que el 5 de noviembre, el día de su desaparición, hubo una fiesta en un cabaret llamado Club Fox, donde habían visto a Fanny en compañía de otras jovencitas arriba de una camioneta. En este lugar había distintos autos con placas de Tamaulipas, de ahí se habrían llevado a la adolescente.
Sin embargo, los padres recibieron una filtración en la que se señalaba que la investigación había sido desviada por un comandante del Grupo Antisecuestros en Torreón para que la atención se centrara en un tema de trata de personas.
Fanny habría sido secuestrada por “El Comandante Ardilla” por órdenes de “El Lazca”, una versión que fue avalada por el entonces procurador de Coahuila, Homero Ramos Gloria. La ex fiscal federal para delitos contra las mujeres, Alicia Pérez Duarte, había señalado también en su momento, que la niña había sido secuestrada por el grupo criminal y que habría tenido un hijo en Estados Unidos.
Sus padres no entendían en qué momento, su hija, que ni siquiera tenía novio, se había cruzado con gente de Los Zetas, informó Infobae.