Era 14 de mayo de 2015 y se jugaba el partido de vuelta de los Octavos de Final de la Copa Libertadores. Una de las llaves enfrentaba a dos de los equipos más populares de Argentina y América. Acérrimos rivales. Boca Juniors y River Plate se jugaban, entre ellos, el pase a los Cuartos de Final del torneo más importante del continente.
River llegaba a la Bombonera con ventaja de un gol. Habían aprovechado el partido de ida y en ese momento eran mejor equipo que los Xeneizes. Los aficionados azul y oro, convencidos de ser el jugador número 12, le prepararon a los Millonarios una serie de “amenidades” para que disfrutaran su visita.
Una consistió en volar un dron adornado con una tela blanca y una “B” roja enorme. El “fantasma” que se paseó por todo el Alberto J. Armando era el espectro que le recordaba a los de la banda su descenso. El doloroso episodio que sucedió un 26 de junio de 2011. La otra terminó con el partido y puso a River en la siguiente fase.
Poco antes de iniciar el segundo tiempo, un seguidor de Boca se acercó a la manga visitante por la que salen los jugadores a la cancha, hizo un corte en la reja de protección y roció gas pimienta, el ventilador que mantiene firme el túnel esparció la sustancia y algunos jugadores del equipo visitante sufrieron quemaduras. Entre ellos el capitán, Leonardo Ponzio.
El juego no se reanudó, la Bombonera, que siempre vibra, estaba enardecida y la cosa podría ponerse peor. El árbitro suspendió el encuentro y Boca Juniors perdió el partido en la mesa, 0-3. Ese año los Millonarios levantaron la copa frente a Tigres, uno de los tres equipos mexicanos que ha disputado esta final continental.
Ese es el antecedente que hay de un partido con relevancia internacional entre ambos clubes. ¿Qué nos espera con una final?
La Final de Copa Libertadores que se disputará el 10 y 24 de noviembre tiene un par de antecedentes: la Supercopa Argentina 2018 (que ganó River) y el Torneo Nacional de 1976 (triunfo para Boca).
Pero esta será la primera vez que ambos colosos se jugarán la Copa que para sus aficionados es obsesión. Los Millonarios presumen tres en sus vitrinas (1986, 1996 y 2015), mientras que Boca ostenta seis (1977, 1978, 2000, 2001, 2003 y 2007).
Tenemos ante nosotros una final histórica y me atrevería a decir que la más pasional en la historia del futbol a nivel de clubes. Dos de los equipos con más tradición y popularidad de América se jugarán el trofeo más preciado del Continente.
Lo que la UEFA ha tratado de hacer con el Real Madrid y el Barcelona, la Conmebol ya lo logró con Boca y River. Será un par de juegos únicos que podrían definir el futuro de ambos clubes: si River gana desaparecerá el fantasma de la “B” y le asignará una dolencia a los Bosteros: la final de Libertadores que perdieron con el Millo. Pero si Boca gana, el Monumental tendrá un fantasmal inquilino más.