Gritos, dolor, desesperación. La angustia de una madre, esposa, hija. La incógnita de no saber si su familiar seguirá con vida.
Por Agencias
Ciudad de México.- Gritos, dolor, desesperación. La angustia de una madre, esposa, hija. La incógnita de no saber si su familiar seguirá con vida. Apenas se enteraron, recorrieron kilómetros hasta la mina para toparse de lleno con la tragedia.
‘Sáquelos’, gritaban al unísono los familiares, en su mayoría mujeres que llorando suplicaban ayuda para rescatar a los mineros que quedaron atrapados a más de 100 metros de profundidad tras el colapso de la mina de carbón ubicada en el ejido La Ranchería, propiedad de Gerardo Nájera.
Ana María Ibarra salió corriendo de casa apenas supo que Damián, su nieto, se encontraba entre las víctimas. Una distancia larga tuvo que caminar desconsolada, con el sol a cuestas y la fe en Dios, a quien encomendó al joven. Rodeó la cerca porque temió que las autoridades no la dejaran pasar, pero no le dijeron nada, dice.
No es el caso de otras mujeres, quienes fueron captadas rogando que les den información, que las dejen por lo menos acercarse un poco más al área del desastre, pero la negativa de las autoridades es renuente, está prohibido el paso porque interfiere con las maniobras de rescate.
Se han colocado bombas de considerable tamaño para extraer el agua que inundó la mina y desplazó a los trabajadores.
Otro grupo de familiares no pierde la fe, espera un milagro y mantiene viva la esperanza. Se han colocado en un círculo, tomados de las manos para orar.
La espera es larga, el derrumbe ocurrió a las 12:30 y hasta el momento no se ha podido rescatar a los mineros. La duda se siembra en las familias de los trabajadores, quienes permanecen en el lugar. No piensan moverse de allí hasta que tengan la certeza plena de que sus hijos, nietos, padres y esposos, están bien.
Mientras tanto las labores de rescate continúan. Elementos de Protección Civil de Coahuila, de la Fiscalía y de la Guardia Nacional, además de algunos trabajadores, luchan para que los trabajadores salgan con vida.
