Además, señaló que el Gobierno Federal fue omiso en este tema y puso en riesgo tanto a la población de Coahuila como la relación bilateral entre México y Estados Unidos; particularmente en lo que se refiere al tránsito de comercio internacional.
«Para empezar yo diría que no soy ingenuo, no creo en las casualidades, esto sucedió por algo y, además lo he dicho públicamente; el Gobierno Federal hablaba de un flujo migratorio, el cual yo no estoy de acuerdo. El flujo migratorio normal de Coahuila de enero a septiembre es de ocho mil migrantes, ese es un flujo migratorio normal», dijo Riquelme Solís.
Lo anterior, al recordar que debido a la presencia de los miles de migrantes en la parte baja del Puente Internacional Acuña-Del Rio, las autoridades de la Aduana y Protección Fronteriza (CBP por sus siglas en inglés) fueron cerradas las operaciones por una semana y un día; lo cual señaló se restableció este mismo lunes en su totalidad.
«Este fue un flujo migratorio extraordinario y que, además, sin lugar a dudas, hubo una omisión que pudo poner en riesgo a los habitantes de la frontera, como puso en riesgo la relación económica de México, la relación bilateral de México con Estados Unidos», indicó el Gobernador de Coahuila.
Riquelme Solís fue enfático en señalar que no se puede hablar de un flujo migratorio normal, por cómo se dieron las cosas y respecto al trato humanitario que se otorga a los migrantes en Coahuila; en lógica no era el número ni la cantidad de gente que podría atender no solo Coahuila, si no el Estado Mexicano.
«15 mil migrantes en una frontera con una población de alrededor de 140, 150 mil habitantes, con hospitales con máximo 90, 100 camas; para empezar el tema de salud ya estaba en riesgo y sí tuvimos casos muy graves; situaciones extraordinarias de mujeres embarazadas que dieron a luz en Acuña y luego resultaron positivas ellas y el bebé», precisó el Ejecutivo Estatal.