En la actualidad, el tema de la migración se ha convertido en una crisis humanitaria que requiere de la solidaridad y apoyo de todos. En Nueva Rosita, Coahuila, la iglesia católica ha alzado la voz para pedir a las corporaciones policiacas que dejen de acosar a los migrantes que transitan por la región carbonífera. El sacerdote José Luis Hernández Bermea ha expresado su indignación ante los abusos que se han reportado en contra de estos individuos en Nueva Rosita y Agujita.
El llamado que hace el sacerdote no es solo desde una perspectiva religiosa, sino desde la humanidad misma. Es importante recordar que todos somos seres humanos y que debemos tratar a los demás con respeto y dignidad, sin importar su origen o situación migratoria. La crisis migratoria es un tema que nos concierne a todos y es responsabilidad de cada uno de nosotros ser solidarios y brindar apoyo a aquellos que más lo necesitan.
Es lamentable que haya personas que se aprovechen de la vulnerabilidad de los migrantes, quitándoles su dinero, privándolos de su libertad y abusando de ellos. Estas acciones son inaceptables y no deben ser toleradas en ninguna circunstancia. Los migrantes no son objetos ni mercancía, son seres humanos en busca de una vida mejor y merecen ser tratados con dignidad y respeto.
La iglesia católica en Nueva Rosita ha tomado acción y ha brindado estancia, comida, ropa y todo lo necesario para los migrantes que llegan a la capilla San Refugio de la Colonia Maseca. Hasta el momento, más de 2 mil personas han recibido este tipo de apoyo. Este gesto de solidaridad es digno de admiración y demuestra el compromiso de la iglesia en ayudar a aquellos que más lo necesitan.
Es importante que la sociedad en general no sea indiferente ante esta crisis. Si cada uno de nosotros pone su granito de arena, podemos marcar la diferencia en la vida de estos migrantes y ayudarles a tener un mejor futuro. No debemos permitir que se abuse de ellos ni que se les prive de sus derechos fundamentales. Todos tenemos la responsabilidad de ser compasivos y brindar apoyo a quienes más lo necesitan.
En conclusión, el llamado del sacerdote José Luis Hernández Bermea a las corporaciones policiacas y a la sociedad en general es un recordatorio de nuestra responsabilidad como seres humanos de ser solidarios y respetuosos con los migrantes. La iglesia católica en Nueva Rosita ha dado un ejemplo de apoyo y solidaridad al brindarles estancia, comida y ropa. Es importante que todos nos unamos en esta causa y ayudemos a construir un mundo más justo y humano para todos.
