Piedras Negras, Coahuila – 22 de junio de 2025. En medio de una creciente tensión en la ciudad de Piedras Negras, donde se libra una guerra silenciosa entre el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG) y las fuerzas estatales encabezadas por la Agencia de Investigación Criminal (AIC), el alcalde Jacobo Rodríguez ha desatado una ola de críticas tras ser captado disfrutando de un concierto de Marca Registrada en Guadalupe, Nuevo León.
La imagen del edil, en primera fila y rodeado de fanáticos de la cultura del narcotráfico, ha escandalizado a muchos ciudadanos. Con una copa en mano y disfrutando de la música de un grupo conocido por sus letras que glorifican el narcotráfico y la violencia, Rodríguez parece desconectado de la realidad que enfrenta su ciudad. Mientras los problemas de seguridad, acceso al agua potable y desarrollo social persisten, su presencia en el evento plantea serias dudas sobre sus prioridades como funcionario público.
Lo que ha causado mayor revuelo no es solo su asistencia al concierto, sino el hecho de que Marca Registrada interpreta temas que exaltan la violencia y el poder de los cárteles, como “El Mayor de los Ranas”, que retrata a un escuadrón armado sembrando el terror. La mención de figuras como el “Jefe Ratón”, apodo de Ovidio Guzmán, ha llevado a muchos a cuestionar si este es el tipo de mensaje que un alcalde debería estar consumiendo.
Las redes sociales, especialmente Instagram y X, se han inundado de críticas, ya que en plena guerra contra el narco que se vive en Piedras Negras, el alcalde se ausenta cada fin de semana, dejando la alcaldía sola. Los ciudadanos se preguntan: ¿qué tipo de liderazgo es este?
Mientras Jacobo Rodríguez se deja llevar por el ritmo de los narcocorridos, la pregunta persiste: ¿quién realmente gobierna Piedras Negras? La ciudad parece quedarse sola ante la falta de compromiso de su alcalde, que prefiere bailar al son de la música criminal en lugar de enfrentar los retos que aquejan a su comunidad.
La imagen de un alcalde eufórico en un concierto de este tipo no solo es un mal ejemplo, sino un recordatorio de la desconexión que puede existir entre la política y la realidad que vive la ciudadanía. Piedras Negras merece un liderazgo que priorice su bienestar y seguridad, no uno que se rinda a las tentaciones de una cultura que glorifica la violencia y el crimen.
Los ciudadanos de Piedras Negras exigen respuestas y acciones concretas. La seguridad y el desarrollo de la ciudad deben ser la prioridad de su alcalde, y no el entretenimiento en conciertos que celebran valores contrarios a la paz y la convivencia. La pregunta queda en el aire: ¿seguirá el alcalde bailando entre “Padre Nuestros” por la mañana y “El Mayor de las Ranas” por la noche, o finalmente tomará el control de su responsabilidad?
