Torreón — Un perrito que llegó llorando a un costado del filtro del Grupo de Reacción Torreón (GRT) encontró un hogar y una nueva familia entre los elementos del grupo.
Según relatan los efectivos, el animal —que aparentemente presentaba signos de haber sido maltratado— se acercó al filtro y permitió que los agentes le dieran de comer, agua y que le hablaran con calma. Ese trato cercano propició un vínculo afectivo: los integrantes del GRT se encariñaron con él y finalmente lo adoptaron.
Los policías le compraron una pequeña casita que ahora usa como dormitorio, una almohada y se encargan de que no le falte comida ni cariño. El perrito, que ya forma parte del entorno cotidiano del grupo, acompaña a los elementos durante sus jornadas de trabajo y se ha convertido en un acompañante querido por la plantilla.
El comandante del GRT, Darío Calvillo, recomendó que a cualquier perro que llegue a los filtros se le brinde comida, agua y un espacio para quedarse y acompañar a los agentes en sus turnos, subrayando que los animales “también entienden y sienten”.
Así, el perrito que una vez anduvo llorando en la calle ahora tiene un hogar y la compañía de quienes velan por la seguridad de la ciudad.


