El Gobierno de Unidad Nacional, reconocido por la ONU, atribuye la matanza a las tropas del mariscal Jalifa Hafter
Decenas de migrantes y refugiados presos en el centro de Tayura, a 15 kilómetros al este de Trípoli, han muerto víctimas de un bombardeo aéreo, según indicaron a este diario mediante vía telefónica varios refugiados del propio centro. La cifra de fallecidos asciende a 40 según Malek Merset, portavoz del Ministerio de Salud del Gobierno de Unidad de Trípoli. Este Ejecutivo, reconocido por la ONU, atribuye la matanza a las tropas del mariscal Jalifa Hafter, quien emprendió el 4 de abril el asedio a la capital.
En el centro de Tayura, que se encuentra dentro de un campamento militar, estaban recluidos 620 migrantes. En el hangar alcanzando por los proyectiles de la aviación dormía un centenar. La mayoría de los detenidos ingresaron en estas instalaciones tras haber sido apresados en pleno mar, cuando intentaban alcanzar las costas europeas. En Libia está contemplado como un acto delictivo la entrada o salida irregular del territorio.
Muchos de ellos llevaban meses, incluso más de dos años, detenidos en Tayura. Se encontraban a la espera de que Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur) los derive hacia países de acogida en Occidente.
Uno de los emigrantes detenidos en Tayura informaba a este redactor a las cuatro de la madrugada, mediante WhatsApp: «Muchos han muerto y otros están heridos. Todo el hangar se ha venido abajo y nosotros estamos fuera. Nadie puede saber la cifra exacta de muertos. Hay mucha gente aún bajo los escombros. Pero yo creo que habrán muerto 80. Por favor, rescátennos». Otro refugiado calculó que habría más de 70 muertos.
Otro refugiado relató los hechos para este diario por teléfono, a las ocho de la mañana: «El bombardeo se produjo a las 00:57. Después de la tragedia abrieron la puerta y nosotros fuimos a un bosque en el interior de Tayura. Ahora [a primeras horas de esta mañana] hemos sido reagrupados y hemos dormido sobre la tierra, a cielo abierto. Esperamos la ayuda de las organizaciones [internacionales]».
El enviado especial de la ONU para Libia, Gasán Salamé, indicó que el bombardeo es susceptible de ser considerado un «crimen de guerra». El Consejo de Seguridad de la ONU celebrará el miércoles a puerta cerrada una reunión de urgencia para discutir sobre el ataque. Dos agencias de la ONU, Acnur y la Organización Internacional de Migraciones (OIM), han emitido un comunicado conjunto en el que reclaman una investigación para determinar quién ha sido el responsable de la matanza. Ambas agencias solicitaron también «el fin inmediato» de la detención de emigrantes y refugiados.
Federica Mogherini, Alta Representante para la política exterior de la Unión Europea, también se sumó a la demanda de una investigación independiente. La jefa de la diplomacia indicó que el ataque demuestra “una vez más” la necesidad del alto el fuego en Libia.
Este diario visitó el centro de Tayura la semana pasada. Los internos se quejaban de las pésimas condiciones de vida. Aseguraban que comían solo una vez al día (algo que reconocieron las autoridades) y sufrían palizas (cosa que negó la dirección del centro). Y, sobre todo, denunciaban estar privados de libertad por el mero hecho de haber intentado emigrar a Europa.
Muchos de ellos procedían de Sudán, Sudán del Sur, Etiopía, Eritrea y Somalia. En Libia hay 25 centros de detención oficiales que albergan a 5.695 refugiados y migrantes encerrados. De ellos, 2.433 se encuentran en Trípoli, según Acnur.
El bombardeo sobrevino después de que la semana pasada las tropas de Hafter sufrieran una derrota militar importante al perder el control de la ciudad de Garián, 100 kilómetros al sur de Trípoli.
Mohamed Al-Manfur, alto mando militar perteneciente a las tropas de Jalifa Hafter, anunció que la aviación del denominado Ejército de Liberación Nacional, que comanda Hafter, intensificaría los bombardeos sobre Trípoli y llamaba a la población a mantenerse alejada de los cuarteles.
Por su parte, la ONG Médicos sin Fronteras, que trabajó en el centro de Tayura recientemente, indicó en un comunicado: «En el momento del ataque, había más de 600 hombres, mujeres y menores en condiciones vulnerables atrapados en este recinto. Nuestros equipos visitaron el centro y se encontraron con 126 personas recluidas en la celda que luego sería alcanzada en el ataque. Los que han sobrevivido están aterrorizados».
Médicos sin Fronteras recuerda que desde que comenzó el asedio a Trípoli el 4 de abril, los emigrantes y refugiados presos en los centros de detención se han visto varias veces atrapados en el fuego cruzado. «Hace apenas ocho semanas, en este mismo centro de Tayura, la metralla de una explosión atravesó el techo del hangar donde están las mujeres y estuvo a punto de alcanzar a un recién nacido». Fuentes de Acnur informaron de que en el hangar bombardeado no había mujeres ni menores, ya que se encuentran en otro lugar de las instalaciones de Tayura.