En una comunidad rural de China un niño de dos años llamado Wei, sufrió el ataque de un cerdo donde desafortunadamente murió.
El niño se encontraba jugando en el jardín quien en un descuido de sus padres entro al corral de los animales donde una cerda recién parida se altero al verlo cerca de sus crías, atacándolo y devorando la cabeza del infante; Ante los gritos de ayuda sus padres, corrieron al auxilio, pero era tarde el cerdo ya había asesinado al pequeño.
El animal fue inmediatamente sacrificado por los pobladores del lugar, al abrir su estómago se encontraron restos de cebolla y la cabeza de Wei lo cuál fungió como prueba para la policía local.
Ante esta tragedia terrible, muchos de los testigos, incluyendo las autoridades, están buscando advertir a otros sobre los peligros de no mantener a los animales asegurados en sus corrales, sobre todo cuando hay crías que las madres se alteran con la presencia humana.