Piedras Negras — La vida política en Piedras Negras se ha visto sacudida este 2025 por una polémica que enfrenta a tres regidores, señalados por periodistas críticos y sectores de la sociedad civil como los ediles que menos soluciones han aportado durante este 2025. Alejo González, Juan Carlos Álvarez y César conocido en algunos círculos como “el cilantro” Dávila se disputan, en la discusión pública, el cuestionado reconocimiento al “regidor menos competitivo”.
Las críticas se concentran en fallas de gestión y en la percepción de poca eficacia en comisiones y sesiones. De acuerdo con señalamientos difundidos por opositores y ciudadanos consultados en redes y foros locales, César Dávila aparece como el más criticado por su presencia en más de cuatro comisiones sin resultados visibles. Entre los episodios que más atención generó figura una intervención en una sesión de Cabildo en la que, según relatos de asistentes, por querer figurar pidió que se presentara una persona cuya presencia se había mencionado, debido a que a un salón de la Casa de la Cultora se le pondría su nombre.
Dávila, en su total desconocimiento del tema, pidió que pasara al frente el ciudadano en mención, quedando mal parado, ya que dicho ciudadano ya había fallecido; el hecho reavivó el debate sobre su desempeño político frente a su actuación aislada en ese incidente.
Por su parte, Alejo González es acusado por detractores de sacar provecho político de su participación en la comisión del SIMAS. Los críticos sostienen que su posición le permitiría presionar al gerente del organismo, Lorenzo Menera, para obtener apoyos que le favorezcan; estas aseveraciones circulan en el ámbito local como denuncias públicas, aunque no han sido corroboradas en sede oficial, por lo que permanecen como señalamientos de parte interesada.
Juan Carlos Álvarez completa el trío señalado. Fuentes críticas lo ubican en varias comisiones con baja asistencia o nula, y le atribuyen una marcada defensa de posturas afines a la 4T —calificada por algunos como “noroñista”—, lo que, a juicio de sus detractores, lo ha dejado relegado en la competencia por el dudoso galardón.
En la plaza pública local, la discusión ha abierto dos ejes: por un lado, la exigencia ciudadana de mayor rendición de cuentas sobre asistencia, resultados por comisión y eficacia en la gestión; por otro, la necesidad de pruebas y procedimientos institucionales antes de consolidar acusaciones que puedan afectar reputaciones. Organismos de la sociedad civil y participantes en redes solicitan al Cabildo la publicación de reportes de asistencia y de avances concretos por comisión para darle mayor transparencia al debate.
Desde el ámbito institucional, vecinos y observadores han exigido que las quejas se conviertan en solicitudes formales y, en su caso, en investigaciones administrativas si existieran indicios de irregularidades comprobables. Hasta el cierre de esta nota no se había recibido una versión oficial de los regidores señalados ni del gerente del SIMAS; permanece abierta la posibilidad de que las partes presenten su posición sobre las acusaciones.
La disputa pone en evidencia la demanda de la ciudadanía de criterios objetivos para evaluar a sus regidores y la necesidad de mecanismos claros que midan desempeño y resultados en la administración municipal. Mientras tanto, la controversia entre Alejo González, Juan Carlos Álvarez y César Dávila seguirá siendo tema de discusión pública en Piedras Negras en los dos próximos dos años que faltan de esta administración
