“Yo fungía como director del equipo Avispones de Chilpancingo y ese 26 de septiembre veníamos del partido de inicio de temporada en Iguala, que fue a las ocho de la noche. Un grupo de hombres armados nos atacó, nos dispararon por casi quince minutos y resulté con heridas en el hombro y parte de la espalda”, esto le dijo Facundo Serrano, directivo del equipo de Tercera División Profesional, a Animal Político sobre la terrible noche que vivieron previo a la desaparición de los 43 normalistas de Ayotzinapa, en Guerrero.
Un grupo de chicos y aficionados salieron de su ciudad para jugar contra el Iguala FC con la simple intención de divertirse, sin imaginar que al regresar del encuentro un comando armado los atacaría a balazos. De este terrible episodio de la inseguridad vivida en México, resultaron muertos dos futbolistas y un miembro de la porra, pero de acuerdo a Jorge León Sáenz, auxiliar técnico de los Avispones, pudieron ser más… Sí, al grupo armado no le importó los gritos de súplica y que hubiera niños dentro del autobús. La muerte era el único objetivo que tenían en ese momento.
Grupo Milenio publicó una entrevista a León Sáenz, donde describió el momento:
-Abre hijo de la chingada. Exigió el agresor mientras amagaba con accionar nuevamente el arma.
– Sí, te voy a abrir, pero te aclaro que aquí vienen niños. Somos un equipo de futbol.
-¡Que abras hijo de la verga…
-Ya escuché que quieres entrar, pero te informo que aquí vienen niños y son más de 20. Dime un número y te paso los uniformes para que veas que no miento.
-¡Abre o disparo, cabrón!
-No dispares; ya me diste dos balazos. Aquí hay gente herida y vienen muchos niños.
Desde el piso de la unidad, el chofer Víctor Manuel Lugo Ortíz, alias “El Bárcel” observaba el diálogo, ya no podía moverse para ayudar. El dio indicaciones para que Jorge se instalara en el asiento del conductor e intentara mover la palanca de los controles, aunque al intentar abrir se percató de que las balas los habían destrozado.
“La palanca se me vino en las manos y pensé que entonces sí me iba a matar. Me giré hacia él y le dije que aunque quisiera ya no podía abrir la puerta, que ellos mismos le habían dado en la madre a los controles”.
Para entonces, otro agresor ya se había cerciorado de que en la unidad solo había deportistas y llamó al que encañonaba al auxiliar técnico, este se movió de la parte frontal lanzando una ráfaga al aire para obligarlo a tirarse al piso en posición fetal.
–Ya la cagamos, no son estos-, se gritaron los pistoleros entre sí para luego preguntar al líder lo que procedía.
–Hay que matarlos a todos, que no haya testigos. Fue la respuesta del jefe del comando, aunque solo disparó una ráfaga más y ordenó la retirada.
Ya pasaron cuatro años de este momento y aún es día en que no se puede resolver el tema, a pesar de las marchas y la presión de tanto la sociedad mexicana como de la indignación de la Liga, todo pareciera que las autoridades no quieren actuar… ¿Miedo a que se siga exhibiendo las fallas en el sistema político mexicano? ¿Seguir escondiendo la realidad de la inseguridad que se vive en el país? Porque recordemos que las víctimas de este caso aseguran que eran personas con vestimenta policiaca, además de que en el caso Ayotzinapa ya se comprobó la intervención del Ejército… ¿Están encubriendo a su personal o era una orden de más arriba?
A como van las cosas, parece que eso nunca lo sabremos, lo que si podemos asegurar es que más allá de una resolución, todo empeora para las víctimas, puesto que desde entonces les han prometido indemnizaciones, cubrir con los gastos médicos y hasta para esto les han volteado la cara.
“Sobreviví, pero hoy estoy otra vez en peligro, tengo miedo de lo que nos pueda pasar a mí y a mi familia”, aseguro Serrano, pues luego de que un diputado federal asegurara en conferencia de prensa que se les darían 8 millones 700 mil pesos para cubrir los gastos médicos que serían repartidos entre las víctimas, todas estas han sido víctimas de extorsión.
“Hace tres años vi cómo mataron a uno de mis jugadores, a un niño de quince años, además de cómo mataron al chofer del autobús. Vi a otros chicos heridos y yo también, y hoy me toca ver cómo casi matan a mi hijo por querernos quitar el dinero de la indemnización que supuestamente nos dieron por la noche de Ayotzinapa”, y con esto es como él hace la denuncia pública, pero muchos prefieren callar por miedo a represalias.
La mayoría de las familias viven con miedo, escondidas, viajando constantemente para huir de estos ataques, además de buscar asilo en otros países ¡como refugiados! Lo bueno es que México no está en guerra para tener que solicitar esto, ¡eh!
Un abogado del despacho que lleva el caso de los Avispones declaró a Univisión Deportes la serie de anomalías que se presentan en el caso. Una de ellas es que no tuvieron acceso a los archivos de lo que pasó, además de que la Comisión Ejecutiva de Atención a Víctimas es otra dependencia que solo les prometen dinero para cubrir los gastos, sin que sea entregado un peso.
“Las autoridades buscan defenderse lo más que pueden. Las dependencias de gobierno aducen que las cantidades económicas ofrecidas se basaban en las que daba la Corte Interamericana de Derechos Humanos, pero que tomaban las más bajas y no casos similares, como el de la masacre de Rochela, en Colombia, donde los pagos fueron superiores a los 100,000 dólares por víctima” relató el medio, mientras que por David Josué García Evangelista, el menor fallecido, les quieren dar ¡3 mil 500 dólares!
Ante este caso solo se puede pensar: ¡Qué clase de burla es la justicia mexicana! ¿Por qué truncar el sueño de disfrutar del futbol?