Por: Agencias
La epidemia del COVID-19 ha causado estragos en el Caribe mexicano incluso antes de las vacaciones de Semana Santa y Pascua.
En Cancún, la ocupación hotelera se desplomó casi 60 puntos porcentuales hasta alcanzar 12.1 por ciento, según la Asociación de Hoteles de Cancún, Puerto Morelos e Isla Mujeres (AHCP&I).
Puerto Morelos e Isla Mujeres tenían una ocupación de apenas un 7.2 y 4.9 por ciento, respectivamente.
En los tres destinos había al cierre de marzo 7 mil 380 turistas, lejos de los 56 mil 644 viajeros que suele haber en promedio ese mes.
“Esto es peor que un huracán. En los huracanes todo mundo te manda apoyo, pero ahora nadie va a mandar nada”, dice Alberto Cruz, un taxista que no consigue pasaje en Cancún.
Ante la nula demanda, 46 de 213 hoteles del norte de Quintana Roo han decidido suspender actividades hasta nuevo aviso y otro tanto está a punto de replicar la medida.
Grandes hoteles como Hard Rock, RIU, Xcaret han bajado sus cortinas.
Cada empleo directo generado por el turismo crea 2.5 empleos indirectos, estima Marisol Vanegas, Secretaria de Turismo de la entidad, de modo que, por cada empleo perdido se perderán, en realidad, 3.5.
En los restaurantes, los volúmenes de venta han caído 90 por ciento, según el Consejo de Promoción Turística de Playa del Carmen.
Amairany, Alejandra y otro joven que prefirió el anonimato, ya resienten los estragos.
Alejandra laboró sólo una semana del mes que tenía contrato en el Parque Xcaret y le dieron las gracias junto con otras 20 personas.
Como ella, otro joven originario de la Ciudad de México fue dado de baja temporalmente del Hotel Mayakobá, donde se encargaba de la recepción.
“Si bien tengo algún ahorro, no se sabe cuánto va a durar esto y todos dependen del turismo aquí, pero al no haber nada, la delincuencia se va a disparar, hay muy pocos centros comerciales y supermercados, va haber un desabasto muy grande”, estimó.
En el caso de Amairany, la compañía turística ‘Cancún Aventure’ primero le recortó su horario laboral pero luego le informó que ya no podrían mantenerla laborando hasta próximo aviso.
En el restaurante donde trabaja su novio también hay muy poca gente y ya valoran si también lo van a cerrar.