Desde ambos lados continuaron también las amenazas
Israel.- Israel y las milicias palestinas de la Franja de Gaza transitaron en la primera jornada de tregua en relativa calma, acompañada de incidentes aislados en Cisjordania ocupada y Jerusalén, pero sin intercambio de fuego por primera vez en once días.
Si bien la tregua entró en vigor a las 2 de la mañana, la tranquilidad llegó cuando israelíes y palestinos se despertaron este viernes y comprobaron que ambas partes estaban respetando el alto el fuego.
“Bilateral” y “simultánea“, fueron los términos escogidos por Israel y las milicias de Gaza para describir la tan ansiada tregua, fruto de la mediación de Egipto y las Naciones Unidas y tras varias jornadas de presión por parte de Estados Unidos y la comunidad internacional.
Fueron once largas jornadas las que duró esta escalada bélica, la más grave en la región en siete años y que causó 243 muertes en Gaza y 12 en Israel.
Tras una mañana en calma y mientras los servicios de emergencia de uno y otro lado seguían lidiando con las consecuencias del enfrentamiento, sus líderes procedieron a adjudicarse la victoria en extensos discursos televisados.
“La operación en Gaza logró su objetivo de infligir un duro golpe a Hamás”, dijo el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, que puso el foco en la cantidad de milicianos muertos por el Ejército israelí y la destrucción “de más de 100 kilómetros” de la red de túneles del movimiento islamista, en lo que describió como “un logro extraordinario”.
Por su parte, Ismail Haniye, líder de Hamás, describió el reciente enfrentamiento como “una victoria”, remarcó su amplio impacto regional y enfatizó que el pueblo palestino “se ha despertado”.
Desde ambos lados continuaron también las amenazas.
“Si Hamás piensa que toleraremos un goteo de cohetes, está equivocado. Responderemos con un tipo diferente de fuerza a cualquier disparo”, agregó el primer ministro israelí.
Desde Gaza, el portavoz de las Brigadas de Ezedin Al Kasem, brazo armado de Hamás, dijo que los líderes israelíes “están bajo una prueba real y la decisión de reanudar los ataques con cohetes hacia Israel aún está sobre la mesa”.
En simultáneo con estas declaraciones, decenas de camiones comenzaron a entrar en la Franja con ayuda humanitaria para su población, que fue quién pagó el precio más alto de esta escalada bélica.
Medicinas, equipamiento médico y comida fueron algunos de los bienes introducidos al enclave a través del cruce de Kerem Shalom, que había permanecido cerrado durante casi todo el conflicto.
Durante esta jornada, además, fuentes oficiales de ambos lados de la verja divisoria comenzaron a difundir cifras casi definitivas de los once días de conflicto, los palestinos más enfocados en los daños sufridos y los israelíes en los logros militares.
Un portavoz del Ministerio de Vivienda y Obra Pública del enclave detalló que más de 1,800 viviendas fueron destruidas y más de 17,000 dañadas, representando pérdidas económicas en torno a los 350 millones de dólares.
La cifra de torres demolidas, agregó, se remontó a cinco, mientras que fueron 74 los edificios públicos reducidos a escombros.
El Ejército israelí, por su parte, señaló que fueron 1,600 los objetivos militares de Hamás impactados durante su ofensiva, y desafió las cifras de muertos difundidas por el Ministerio de Sanidad del enclave, argumentando una falta de transparencia en el recuento de milicianos muertos, que se elevaría a unos 240 y ubicaría la cifra total de fallecidos muy por encima de los 243 apuntados por Sanidad.
Uno de los eventos más significativos de esta jornada fue, sin embargo, el enfrentamiento entre policías israelíes y fieles palestinos en la Explanada de las Mezquitas, ubicada en la Ciudad Vieja de Jerusalén, en el este ocupado de la ciudad, y que hace dos semanas albergó los incidentes que desencadenaron la escalada.
Según fuentes oficiales palestinas, fueron 15 los palestinos heridos producto del disparo de balas de goma y el uso de gases lacrimógenos utilizados por la Policía israelí para dispersar lo que describieron como “disturbios” por parte de “alborotadores”.
Además, miles de palestinos en Cisjordania ocupada llevaron a cabo protestas simultáneas en las ciudades de Belén, Hebrón y Nablus, entre otras, y decenas fueron heridos en enfrentamientos con el Ejército israelí.
Estas manifestaciones, según detalló la agencia oficial de noticias palestina Wafa, fueron una demostración de solidaridad con los palestinos de Gaza y en oposición a lo que describieron como políticas colonialistas israelíes.