La moda por retratarse en lugares peligrosos ha cobrado una víctima más.
Por: Agencias
Ciudad de México.- La moda por retratarse en lugares peligrosos ha cobrado una víctima más. Se trata de Zoe Snoeks, de 33 años de edad, originaria de Bélgica, quien cayó desde un acantilado a más de 30 metros de altura.
La mujer solía viajar con su esposo Joeri Janssen para captar bellos paisajes y espectaculares poses por todo Europa. En uno de sus recorridos en la localidad de Nadrin, Luxemburgo, Zoe no pudo resistirse y se atrevió a tomarse un selfie al borde del precipicio de la montaña Herou.
Joeri Janssen declaró a las autoridades que bastaron solo cinco segundos en los que le dio la espalda a su esposa y esta desapareció cuando volteó ¡Simplemente ya no estaba allí!, indicó.
Zoe no fue encontrada de inmediato. Permaneció varias horas sumergida en un río hasta que finalmente su cuerpo fue rescatado.