Para poder realizar las fiestas del pueblo, las iglesias deben dar la mitad de lo recaudado al jefe de cada plaza.
Jalisco.- El narcotráfico en México ha permeado en casi todos los aspectos de la vida cotidiana, y en Jalisco incluso ha llegado al plano espiritual, tal como lo reveló el cardenal de Guadalajara, José Francisco Robles Ortega.
El religioso denunció anteriormente que el crimen organizado cobra derecho de piso a algunos templos, pero ahora dio a conocer que también pide dinero por las fiestas patronales.
La zona norte de Jalisco es la más afectada por estas prácticas, pues los sicarios piden a las iglesias el 50% de lo recaudado para poder realizar las fiestas patronales. Solo de esta manera el jefe de plaza da la autorización para que se lleven a cabo las celebraciones.
“Todas las parroquias de la zona norte para poder celebrar la fiesta patronal, es decir la feria del pueblo, tienen que obtener el permiso del encargado de la plaza, quien le autoriza al sacerdote celebrarla, pero tiene que reportarse con el 50% del resultado de la fiesta”, señaló el cardenal.
Además, denunció que el crimen organizado implementa retenes en varios puntos del estado y que las personas son detenidas e interrogadas de manera exhaustiva.
En uno de esos retenes fue detenido e interrogado Robles Ortega, quien pidió a las autoridades otorgar protección y seguridad a quienes habitan dicha zona de la entidad.
También dijo que, aunque las detenciones en retenes son cosa de todos los días, no debe normalizarse la situación. Tras la denuncia de la iglesia católica los retenes que el narcotráfico mantenía en Jalisco se han reducido considerablemente.
Religiosos víctimas del narco
El arzobispo Robles Ortega recordó que el obispo de Zacatecas, Sigfredo Noriega Barceló, también fue detenido por un retén mientras circulaba por la carretera que recorre los límites de Jalisco y Zacatecas.
Pero uno de los casos que estremeció al país entero fue el asesinato de dos sacerdotes jesuitas en Cerocahui, Chihuahua, en donde los religiosos fueron ultimados por un líder criminal cuando prestaban ayuda a un hombre, sin que hasta el momento hayan capturado al responsable.