Saltillo, Coahuila – 5 de octubre de 2024. Hoy se cumplen 52 años de la tragedia ferroviaria más grande en la historia de México, un oscuro capítulo que aún resuena en la memoria colectiva del país. La noche del 5 de octubre de 1972, a las 11 de la noche, más de mil peregrinos regresaban de Real de Catorce cuando, a la altura de Puente Moreno, a tan solo 7 kilómetros de Saltillo, ocurrió un accidente devastador.
A lo largo de las décadas, las causas de este trágico evento han sido objeto de múltiples especulaciones. Inicialmente, se apuntó a que los maquinistas estaban ebrios y distraídos, pero también se habló de un fallo en el sistema de frenado. Más intrigante aún, algunas líneas de investigación sugirieron la posibilidad de un atentado o sabotaje en la llave de frenado del tren. Sin embargo, a más de 50 años de la tragedia, la verdad sigue siendo un misterio.
Casi 1,600 pasajeros vivieron una noche de terror, de los cuales “oficialmente” 234 perdieron la vida. Sin embargo, se estima que el número real de víctimas podría ser mayor, ya que muchos cuerpos no fueron identificados. La magnitud de la tragedia dejó una huella imborrable en las familias de los afectados y en la comunidad en general.
Entre los relatos que han sobrevivido a lo largo de los años, destaca el testimonio de quienes estaban presentes en la estación 14 del Real de Catorce. Según cuentan, un anciano se acercó a los vagones del tren y advirtió a los pasajeros: “No suban a ese tren, se va a descarrilar, van a tener un accidente.” Muchos lo ignoraron, considerándolo un loco, mientras que otros decidieron hacer caso a su advertencia y se bajaron.
La historia ha querido que ese anciano sea recordado como el Señor San Francisco de Asís, una figura que, en medio del caos, trató de salvar vidas con su advertencia. A través de los años, su mensaje ha resonado como un eco de advertencia sobre la fragilidad de la vida y la importancia de escuchar las señales que a veces se presentan en momentos críticos.
Hoy, en este aniversario, recordamos a las víctimas y a sus familias, y reflexionamos sobre la necesidad de esclarecer los hechos que rodearon esta tragedia. A medida que el tiempo avanza, el recuerdo de aquella noche fatídica sigue vivo en el corazón de quienes la vivieron y en la historia de México.
