Saltillo.- La Fiscalía General del Estado cumplimentó una orden de aprehensión en contra de Juan Carlos “N”, policía de la Agencia de Investigación Criminal, que la noche del miércoles 31 de julio presuntamente asesinó a balazos a un migrante, en presencia de su hija de 8 años.
“Derivado de las investigaciones realizadas por la Dirección de Delitos de Alto Impacto, Cometidos en Agravio de Migrantes, por haber encontrado datos suficientes para acreditar la probable participación de Juan Carlos “N”, policía de la Agencia de Investigación Criminal”, dijo Gerardo Márquez Guevara, fiscal general del Estado.
Deslindó de cualquier hecho delictivo a Marco Tulio, el migrante fallecido, a quien en un inicio se le había señalado como presunto agresor de los elementos.
“El migrante, ahora occiso, no tuvo participación alguna en los hechos en que finalmente pierde la vida”, sostuvo el fiscal.
Reiteró que en estos hechos participaron seis policías de la Agencia de Investigación Criminal, por lo que las investigaciones continúan y el resto de los agentes permanecen a disposición de la comandancia general.
Dijo que durante los hechos Juan Carlos “N” hizo uso excesivo de la fuerza letal en contra de un inocente, por lo que el delito que se le finca es el de homicidio doloso calificado, acción que se castiga hasta con 60 años de prisión.
Le ‘siembran’ arma a centroamericano
Los agentes de la Fiscalía General del Estado (FGE) involucrados en el homicidio de un migrante podrían haber sembrado un arma a su víctima para justificar el que le hayan disparado.
Esto, luego que las pruebas de química forense con rodizonato de sodio realizadas al cadáver del migrante resultaran negativas. Es decir, el Ministerio Público pudo comprobar que en ningún momento, el fallecido accionó un arma de fuego contra los policías que lo perseguían, como señalaban las primeras versiones oficiales de los hechos.
A pesar de que sí se aseguró una pistola tipo escuadra en la escena del crimen, justo a un lado de la víctima, los dictámenes de Servicios Periciales establecieron que el arma no funcionaba, ya que tenía un casquillo percutido atorado en la cámara de disparo y el cartucho de abastecimiento se encontraba vacío.
Estos fueron los principales datos de prueba presentados por el Ministerio Público durante la audiencia inicial, celebrada ayer en la sala nueve del Centro de Justicia Penal, instruida por el delito de homicidio calificado cometido en contra de Marco Tulio Garza, joven hondureño que murió de un disparo la noche del 31 de julio, en la colonia San Miguel en Saltillo.