Piedras Negras – Mientras la ciudadanía exige respuestas, los regidores permanecen en silencio. El síndico Guillermo Sánchez, quien previamente votó a favor sin revisar los números, debería ser el primero en pedir una auditoría a las finanzas municipales. La posibilidad de congelación de cuentas bancarias por participación en delitos de lavado de dinero es una realidad que podría afectar a quienes estén involucrados, como lo pueden ser integrantes del ayuntamiento. Si no lo creen, que nomás volteen a ver a Tijuana, Sonora y Tamaulipas, estados donde a funcionarios les quitaron la visa a los Estados Unidos y les congelaron cuentas bancarias.
La situación de Richy Mizquiz, quien cuando el “mayor de las ranas” lo bateó, se auto nombró el defensor de los sindicatos y usó a los empleados de Obras Públicas y taxistas para meter presión al alcalde, parece haber cambiado. Luego del viaje a la Ciudad de México, donde acompañó al alcalde y a Lorenzo Menera, parece haber llegado a un acuerdo que lo llevaría a votar a favor de la cuenta pública, a pesar de las irregularidades evidentes.
Quien pudo abogar o ser un puente de comunicación entre el “mayor de las ranas” y el regidor Mizquiz es el sobrino del regidor Richy, que es muy amigo de Jacobo Rodríguez. Incluso sale en unos videos de la gira de Gabito Ballesteros, sobrino que también tiene negocios turbios con el crimen organizado y con Jacobo.
Este escándalo no solo pone en tela de juicio la integridad de la administración de Piedras Negras, sino que también plantea serias preocupaciones sobre la transparencia y el manejo de los recursos públicos en el municipio. La exigencia de rendición de cuentas es más urgente que nunca.
