Piedras Negras, Coahuila – La reciente revelación sobre la operación de un cartel de narcotraficantes que opera desde Monterrey, Nuevo León, ha encendido las alarmas en la región, especialmente en el municipio de Piedras Negras, donde la seguridad pública podría estar comprometida debido a las amistades del alcalde Jacobo Rodríguez con figuras del crimen organizado.
Investigaciones recientes indican que esta organización criminal ha utilizado la infraestructura de seguridad de Coahuila para trasladar cargamentos de drogas en vehículos compactos hacia la frontera con Estados Unidos. Este modus operandi ha estado en funcionamiento durante años, pero un descuido les llevó a ser identificados por los medios de comunicación, cuando fueron vistos en un evento junto al cantante de narcocorridos Gabito Ballesteros. Este hecho ha suscitado preocupaciones sobre la posible utilización de artistas para el lavado de dinero y la interacción con altos mandos de las corporaciones policiacas de Coahuila durante la Feria del Norte.
Los medios locales destaparon la situación, iniciando un reportaje de investigación que ha dejado al descubierto conexiones alarmantes. Sin embargo, hasta el momento, las autoridades de Nuevo León y Coahuila no han presentado pruebas concretas que vinculen a los individuos mencionados con actividades ilícitas.
Un identificador facial de una televisora ha revelado que entre los sujetos identificados se encuentra Víctor De los Santos Múzquiz, conocido por su cercanía con redes de narcotráfico y considerado un operador clave del líder criminal Heriberto Casas, alias “El Buda”. Actualmente, se le relaciona con el contrabando de combustible y se le vincula con la familia de “El Mamito”, exmiembro del cártel de Los Zetas.
Otro nombre que ha surgido en las investigaciones es el de Rolando González Santos, quien cuenta con antecedentes penales por narcotráfico en Estados Unidos y es señalado por sus vínculos con círculos de consumo de drogas en la alta sociedad de Piedras Negras. Asimismo, Salvador Chavarría Cruz, hijo del fallecido empresario del mismo nombre, ha sido objeto de múltiples señalamientos por su cercanía con organizaciones criminales, beneficiándose de contratos municipales gracias a su influencia.
Es de dominio público que estas amistades son de larga data del alcalde Jacobo Rodríguez, lo que plantea serias dudas sobre la integridad de su administración. La presencia de funcionarios con antecedentes penales como la regidora de Morena, Erika Gallegos y las conexiones del alcalde con el crimen organizado en su gabinete podría significar un retroceso en la lucha contra el narcotráfico en la región.
Con las juntas de seguridad semanales, donde se discuten datos cruciales sobre la seguridad pública, en riesgo de ser comprometidas, la situación exige una respuesta inmediata. La confianza de la ciudadanía en su gobierno se ve amenazada, y el temor a una posible fuga de información o a la colusión de elementos policiales con cárteles se convierte en una preocupación latente.