Por: Arturo Ortiz Mayén
Desde el penal de Altamira, Tamaulipas diariamente salen cientos de llamadas de extorsión a todo el país.
Ese penal, junto con el varonil de Santa Martha Acatitla en la Ciudad de México y Puente Grande, Veracruz concentran la mayor cantidad de llamadas intimidatorias.
La Secretaria de Seguridad Pública de Tamaulipas ha detectado en los últimos meses más de 1,500 números de donde se realizan este tipo de llamadas.
Los extorsionadores realizan las llamadas con ladas de Guadalajara, Ciudad de México, o de Sonora. En las semanas recientes también se han detectado números de Tijuana pero en todos los casos las llamadas se realizan desde prisión.
Los delincuentes siguen usando el miedo como principal factor para amedrentar a las víctimas, haciéndoles creer que tienen secuestrado a un familiar o haciéndose pasar por integrantes de algún cartel.
En otros casos los extorsionadores contactan a sus víctimas haciéndoles creer que recibirán un paquete y ahí aprovechan para obtener datos que luego usarán en contra.
También por las redes sociales, los extorsionadores conocen todos los movimientos de sus víctimas, lo que les permite ir atando cabos y relacionar a demás familiares en la estafa.
No se puede entender la existencia de auténticos call center en prisiones como la de Altamira, sin la colusión del personal de seguridad.
Ellos son los que permiten el acceso de teléfonos y los chips que esos aparatos usan.
Una de las medidas que las autoridades han tomado para evitar el uso de los teléfonos celulares dentro de las prisiones es la instalación de bloqueadores de señal, pero el problema es que el alcance los inhibidores es tal que afecta a las casas aledañas a los centros de reclusión.
Los vecinos se quejan de que no pueden usar sus celulares en sus propias casas y en algunos casos han interpuesto amparos.
En su defensa las autoridades de Tamaulipas señalan que parte importante del problema en sus prisiones es la concentración de reos por delitos del fuero federal.
Según las cifras más recientes, hay mil presos del orden federal en cárceles de Tamaulipas.
A pesar de ello, la Federación mantiene cerrado el Centro Federal de Readaptación Social (Cefereso) número 3 Noreste, ubicado en Matamoros.
Esta prisión fue vaciada en diciembre de 2015 por trabajos de remodelación y hasta ahora no hay fecha para que sea reabierto.
Combatir la extorsión telefónica es todo un desafío pues es el delito en el que mayor cifra negra existe. Según datos oficiales, se estima que solo se denuncian el 3 por ciento de las llamadas intimidatorias.
Cómo siempre la falta de castigo a los responsables, inhibe la denuncia.
La recomendación ante una llamada de este tipo es colgar y no darle oportunidad al extorsionador de consolidar sus amenazas.
Arturo Ortiz Mayén es reportero desde hace 17 años. Actualmente forma parte del equipo de reportajes especiales del noticiero Despierta con Loret de Televisa.