Derivado del hallazgo de un cuerpo sin vida, en las aguas del río Bravo correspondiente al ejido el Centinela, el servicio médico forense realizo la necropsia de ley, el cual arrojó asfixia por sumersión y sin huellas de violencia.
El cuerpo que fue recuperado, sumó el cuarto en una semana, lo que habla de la desesperación de migrantes que día a día intentan cruzar la frontera con los Estados Unidos.
Aunque hasta el momento, el cadáver no ha sido identificado, en base a un tatuaje en el brazo derecho con el nombre “Jorge” y otro más en el hombro izquierdo con una figura de un León, tratarán de que familiares se acerquen y le den identidad.
Alejandro De León Mendoza, agente del ministerio público informo que también se coteja con las carpetas de personas no localizadas.