Entre las personas que perdieron la vida se encontraban Wilmer, un niño de 13 años y su primo Melvin también de la misma edad, que debido a la pobreza decidieron migrar hacia Estados Unidos. El padre de Wilmer relató que las últimas palabras que recibió antes de marcharse de Guatemala fueron: “Papá, voy a ir a luchar“.
Estados Unidos.- Ante el terrible hecho de la muerte de 53 migrantes en un tráiler, siguen surgiendo historias como el caso de los dos niños guatemaltecos.
Entre las personas que perdieron la vida se encontraban Wilmer, un niño de 13 años y su primo Melvin también de la misma edad, que debido a la pobreza decidieron migrar hacia Estados Unidos.
El padre de Wilmer relató al medio Univisión que las últimas palabras que recibió antes de marcharse de Guatemala fueron: “Papá, voy a ir a luchar“.
Wilmer Tulul de 13 años también le mandó un mensaje a su madre en Quiché, una aldea en las montañas del occidente de Guatemala antes de subir al tráiler.
“Mamá, ya estamos saliendo“. Horas después los cuerpos de los migrantes fueron localizados en el interior del tráiler en la afueras de San Antonio, incluido el cuerpo de Wilmer.
El niño salió el 14 de junio junto a su primo Pascual Melvin Guachiac, también de 13 años para intentar llegar a Houston con familiares y tratar de iniciar una nueva vida y poder ayudar a sus padres.
Pero los dos niños murieron, la comunidad donde vivían Wilmer y Melvin es un lugar indígena muy humilde.
El mensaje que recibió Magadalena Tepaz, de 38 años, fueron las últimas palabras que escuchó de su hijo Wilmer, de acuerdo con el medio The Associated Pres.
La madre se enteró luego de recibir el audio, fue un vecino quien le dijo lo del accidente de San Antonio.
Wilmer y Melvin eran muy unidos desde pequeños y todo lo hacían juntos. Los niños crecieron en una comunidad de poco más de mil 500 habitantes.
El padre de Wilmer, Manuel de Jesús Tulul, no para de llorar por la trágica muerte de su hijo, el pequeño había dejado la escuela y trabajaba limpiando la milpa con él.
Su padre afirma que su hijo no veía futuro en la comunidad y había tomado la decisión de emigrar para apoyar a su familia y ayudar de comer a sus tres hermanos, el sueño de Wilmer era tener su casa o sus terreno.
La familia de Wilmer contrató a un coyote que cobraba alrededor de 6 mil dólares, de los cuales habían pagado la mitad, ahora la familia solo desea poder repatriar a su hijo ya que no cuentan con los recursos necesarios para el traslado de los cuerpos de Wilmer y de Melvin.
