El presidente Donald Trump advirtió este jueves que los efectivos desplegados en la frontera de Estados Unidos con México podrían disparar a los migrantes centroamericanos que avanzan en caravana hacia su país, si estos les lanzan piedras mientras intentan ingresar ilegalmente a su territorio.
Afirmó a la prensa en la Casa Blanca que algunos de los miles de migrantes que buscan llegar a Estados Unidos desde Centroamérica lanzaron piedras a la Policía mexicana de una forma “agresiva y violenta” en su camino hacia el norte.
“No vamos a soportar eso. Si ellos quieren tirar piedras a nuestros militares, nuestros militares van a responder”, dijo, afirmando que los agentes deben considerar que una piedra es como un arma de fuego.
“Si ellos lanzan piedras como lo hicieron con los militares mexicanos y con la policía, yo digo que lo consideren como un rifle”, agregó.
Trump habló durante la presentación de su controvertido plan para frenar la inmigración ilegal, un tema que ha colocado en el centro del debate político a pocos días de las elecciones de mitad de mandato, en las cuales su Partido Republicano podría perder el control del Congreso.
Insistió en que las caravanas centroamericanas son “una invasión” a Estados Unidos, por lo que desplegará hasta unos 15 mil soldados para contenerlas.
Adiós al asilo
Un portavoz del Pentágono dijo que no quería hacer comentarios sobre “situaciones hipotéticas”.
“Nuestras fuerzas son profesionales entrenados que siempre tienen el derecho inherente a la legítima defensa”, agregó, recordando que el Ejército está como apoyo a los guardias fronterizos.
Trump dijo también que a partir de ahora Estados Unidos va a terminar con su política de permitir a las personas pedir asilo político en la frontera, salvo que hayan pasado antes por un funcionario migratorio.
Quienes sean detenidos en la frontera van a ser retenidos en campamentos y otros centros de este tipo hasta que puedan ser deportados o que su caso se resuelva y su solicitud sea aprobada, dijo el Mandatario.
Tramo complicado
Tras una difícil estancia en la cabecera de Matías Romero, Oaxaca, miles de migrantes retomarían su camino este viernes a las 5:00 horas rumbo a Donají, una comunidad a 45 kilómetros al norte del mismo municipio.
La distancia tan corta, de una hora en auto, pero muchas más a pie, provocó una protesta de los hombres, quienes consideran que ha sido muy lenta la ruta hacia Estados Unidos, pues aún no salen de Oaxaca.
Sin embargo los coordinadores argumentaron las difíciles condiciones del transporte luego de que el miércoles la unión de concesionarios de autobuses oaxaqueños les negó la renta de unidades.
“Les pedimos a los hombres su comprensión, ustedes saben que hay muchas mujeres y niños, ya tuvimos una amenaza de aborto y tienen que aceptar que si la sociedad nos ayuda es en gran parte por ellos”, dijo una integrante de Pueblos Sin Fronteras, organización que auxilia a miles en su éxodo hacia el norte.
Con todo, la caravana que llegó por la mañana a este municipio padeció las difíciles condiciones del campamento, montado apresuradamente junto al rastro municipal, en un campo de futbol, a media hora del centro de la ciudad, del cual fueron desalojados presuntamente porque iban a utilizarlo para un festejo de Día de Muertos.
El campo, sin agua, sin sombra para protegerse del sol durante el día, sin luz durante la noche y con amenaza de lluvia, resultó muy pequeño para la cantidad de integrantes de la caravana que salió de Juchitán.
Los primeros llegaron tras pagar 70 pesos a los autobuses, o en aventón, a pesar de que la Policía Federal los bajaba de las camionetas pretextando que iban muy llenas.
En Tapachula
El alcalde de Tapachula, Chiapas, Óscar Gurría Penagos, aseguró ayer que atender a cada migrante en el albergue habilitado en la Feria Internacional del municipio cuesta alrededor de 2 mil 300 pesos.
En una reunión con empresarios de la Cámara Nacional de Comercio (Canaco), el edil sostuvo que el éxodo centroamericano ha agravado la crisis financiera de la Administración municipal, que entró en funciones el 1 de octubre. De acuerdo con fuentes municipales, en el albergue hay unos 2 mil
centroamericanos.
“Aunque ya estamos acostumbrados a convivir con migrantes, transmigrantes, y los que se han quedado en Tapachula, temo que hoy sean más, se están quedando en muchos espacios públicos, no todos son malos, pero los que vienen son gente más necesitada que la que tenemos en Tapachula”, aseguró.
Lo anterior, señaló, podría generar condiciones de inseguridad en la región, por lo que pidió a los empresarios trabajar en coordinación para rescatar instalaciones de seguridad que permanecen abandonadas y dotarlas de elementos para vigilar.
Alistan ingreso
Un tercer grupo de migrantes, la mayoría salvadoreños, se prepara para ingresar a México por la frontera sur.
Los centroamericanos han comenzado a concentrarse en el municipio guatemalteco de Tecún Umán, del otro lado del río Suchiate.