En medio del llanto, su hijo Adolfo Palacios Jiménez exigió castigo para los responsables de haberles aplicado el medicamento contaminado a más de 60 pacientes.
Relató que apenas el domingo celebraron el cumpleaños de su madre y que el lunes ella ingresó caminando al hospital, pero ya no salió.
“A mi mamá le pusieron esa heparina. Nosotros le dijimos [a los médicos] que le suministraran la de nosotros, porque tenemos que comprarla. A mi mamá se la aplicaron el martes y tuvo la misma reacción que todos los pacientes. Regresaron con los mismos síntomas: vómito y fiebre”, detalló.
En entrevista , Adolfo, de 27 años, dijo que le prometió a su mamá que su muerte no quedará impune, porque fueron cinco años que luchó cada martes, jueves y sábado para recibir su hemodiálisis y al final una negligencia médica la mató.
“Los doctores no son eficientes. Las enfermeras son chocantes, no hay ese trato humano en Pemex, se perdió.
“Soy trabajador. Agradezco que hagan este llamado para que venga el Presidente [Andrés Manuel López Obrador] y vea lo que está pasando. Ahorita están arreglando todo, todo lo quieren disfrazar”, denunció.
Doña Patricia era ama de casa, recibía atención médica en Pemex por su esposo, quien fue operador especialista en la planta Cactus II, mientras que su hijo Adolfo es un empleado activo en Cactus IV, en el municipio de Reforma, en Chiapas.
La tarde de ayer el cuerpo de doña Patricia fue velado por sus familiares y amigos en su casa.
El féretro fue rodeado de flores y coronas, y sobre la pared se colocó una foto de ella sonriendo y vestida de blanco.