El crimen organizado y una mafia bien establecida que existe entre autoridades, supuestos ganaderos y diversas tiendas, fueron los responsables de que el gobierno de los Estados Unidos cerrara sus fronteras al ganado mexicano.
Como le hemos informado, la detección de un caso de gusano barrenador del ganado, en un bovino proveniente de Centroamérica, llevó al Servicio de Inspección de Sanidad Animal y Vegetal del Departamento de Agricultura de Estados Unidos (APHIS-USDA) a suspender temporalmente las exportaciones de ganado bovino desde cualquier estado de México, esto de inmediato provoco que las organizaciones ganaderas, exigieran al gobierno implementar medidas para evitar esto y otros problemas pues las afectaciones económicas para el sector son enormes.
Sin embargo, quien puso las cartas sobre la mesa y llamó al problema por su nombre, fue la Unión Ganadera Regional del vecino estado de Chihuahua.
A través de un comunicado oficial, reveló que existe un mercado ilegal de ganado en México y más de 700 mil cabezas ingresan al país de forma irregular.
Esas empresas por comprar barato hacen que esta ilegalidad ponga en riesgo la sanidad de todo el país, se lee en una parte del documento.
El presidente del organismo urgió al gobierno federal a detener las importaciones ilegales de ganado del centro y sur del continente, asegurando que las autoridades tienen conocimiento pleno de quienes se dedican a esta actividad.
Es importante que el gobierno mexicano establezca un protocolo de importación de becerros a México legalmente, un protocolo realista adecuado y con garantía a la sanidad del ganado importado, concluye el comunicado, no sin antes señalar que los protocolos actuales dan pie a la ilegalidad y el beneficio de unos cuantos.
