A las 12.45, Jean Castex, primer ministro, dio la primera noticia: «Un ataque al arma blanca se han cometido en las inmediaciones de los antiguos locales de la redacción del semanario satírico Charlie Hebdo».
Diez minutos más tarde, el ministerio del Interior anunció la detención de un individuo en la escalinata del edificio de la Ópera de la Bastilla, a unos dos kilómetros de la rue Nicolas Appert, donde estaba la redacción de Charlie Hebdo, el día de la matanza terrorista de primeros de enero del 2015. Según las primeras filtraciones, pudiera tratarse un acto criminal solitario. La policía judicial deberá investigar las posibles «ramificaciones» del atentado criminal.
El individuo detenido en la Plaza de la Bastilla vestía ropas ensangrentadas. Según las primeras informaciones policiales, dos de las víctimas del ataque a mano armada se encontraban entre la vida y la muerte. Otras fuentes hablan de cuatro heridos.
El ministerio del Interior decretó en París el estado de alarma inmediatamente. Los establecimientos escolares de todo el distrito XI de la capital fueron confinados inmediatamente.
El comienzo del proceso de los cómplices de la matanza de Charlie Hebdo, hace días, fue recibido como una «agresión»en buena parte de la comunidad musulmana francesa, en la Universidad musulmana Al Azar, en El Cairo, y Turquía. Se sucedieron amenazas de muy diversa naturaleza, difundidas a través de internet.
Esas «reacciones» del integrisimo musulmán, no solo francés, han «culminado» con el intento de matanza al arma blanca, con unas ramificaciones imprevisibles.