Tras 2 años sin registrarse el abandono de menores en las llamadas babyklappe o ‘Baby box’, un bebé recién nacido fue encontrado en el buzón de la ciudad de Amberes (Bélgica).
El alcalde de la ciudad, Bart De Wever, publicó una foto donde se le ve cargando al menor en sus brazos, explicando que se siente “el guardián de este pequeño milagro”.
“Mis hijas llamaron al bebé Finn. Al pequeño Finn no le faltará de nada”. Y recuerda que “la madre aún está a tiempo de ir a por él”.
La ‘Baby box’ o buzón para abandonar bebés es un pequeño cuarto de un hospital que tiene una ventana que da a la calle y que se abre desde fuera. Esta ventana da a una cuna climatizada vigilada por una cámara de vídeo.
En el momento en que alguien abre esa ventana una alarma se dispara en la unidad de cuidados intensivos avisando al personal médico de que está siendo depositado un bebé.
La persona que realiza la entrega, que no queda grabada en el vídeo, encuentra una carta escrita en ocho idiomas que explica cómo contactar con el hospital y un sello de tinta para tomar una huella del recién nacido. Así esa persona tiene la posibilidad, si luego se retracta o lo piensa mejor, de volver para reclamar al bebé.
Este sistema para que las madres puedan dejar a su bebé de forma anónima, fue ideado en Bélgica por la organización sin ánimo de lucro Moeders voor Moeders (Madres para Madres, en neerlandés) hace ya dos décadas. Desde el año 2000 ha acogido a 19 bebés. Finn es el primero desde 2019.