En su última conferencia como embajador de Estados Unidos en México, Ken Salazar recalcó que el fentanilo sí se produce en México.
Hay fentanilo en México y se produce acá, sostuvo el diplomático.
El debate de si se produce o no se produce aquí no es a donde tenemos que ir, con todo respeto para el gobierno de México, insistió Salazar, en referencia a los desmentidos lanzados por el gobierno y de simpatizantes de Morena contra un reportaje del New York Times sobre la producción del opiáceo sintético en el país.
El embajador aseveró que, después de haber asistido a numerosas mesas de seguridad con el gobierno mexicano, queda claro que tenemos que trabajar juntos para atender el tema del fentanilo. Desmantelar al Cartel del Pacífico, de Sinaloa, lo estamos haciendo de la mano.
De hecho, Salazar señaló que los líderes de grupos criminales mexicanos seguirán sus procesos legales, cuyos resultados se observarán en los meses y años adelante.
Hay muchos delincuentes, no solo ellos, que deberían hacer su tiempo en Estados Unidos, agregó, antes de alabar el trabajo de Sheinbaum y su secretario de Seguridad y Protección Ciudadana, Omar García Harfuch.
Ken Salazar saldrá de México el próximo miércoles, y dejará la embajada –y sus 3 mil 500 empleados– en manos de Mark Johnson, un experimentado diplomático que asumirá el interinato como encargado de negocios, hasta que se concrete el nombramiento de Ronald Johnson como nuevo embajador del gobierno de Donald Trump en el país.
A Salazar, otrora legislador demócrata, sucederá Johnson, un veterano de la CIA adepto de las políticas de mano dura, quien fue boina verde durante más de 10 años y trabajará bajo las órdenes de Marco Rubio, el próximo secretario de Estado, quien profesa un odio hacia las ideas de izquierda y los gobiernos que las reinvindican.
Vienen cosas pero no sabemos adónde van, advirtió el diplomático, quien evocó la migración, el tráfico de fentanilo y de armas, o las disputas comerciales en el marco del TMEC, incluyendo el maíz transgénico, el sector automotriz o posibles aranceles.
Sin embargo, trató de enviar un mensaje de optimismo hacia la relación bilateral, a la que equiparó como una familia. En cada crisis se tiene que dar la oportunidad para hallar solución, aseveró, y agregó que a largo plazo los mejores resultados siempre vienen cuando se trabaja en conjunto.