México cosechó su segunda derrota del Mundial Sub20, al caer 3-0 ante Japón y quedó al borde de la eliminación de Polonia 2019.
Tras un inicio alentador, El Tri perdió por completo el rumbo y cayó de forma absolutamente merecida frente a un equipo rápido y muy bien organizado. Durante diez minutos, parecía que México tenía para mucho más en el partido.
El Tri arrancó manejando bien el balón y rápidamente generó dos opciones muy claras. En la primera Lainez dejó solo a De la Rosa, quien reventó su disparo en el portero, y en la segunda Macías aprovechó un pase largo, pero perdió un tiempo y su tiro fue rebotado. A partir de ahí, fue un festival japonés.
Ciertamente, la lesión de Roberto Meraz, al minuto 20, influyó. El equipo había apostado a jugar con un 4-3-1-2, con Lainez por detrás de De la Rosa y Macías, pero con la salida de Meraz y la entrada de Tony Figueroa, cambiaron al 4-3-3 que ya había fracasado ante Italia, de nuevo con pésimos resultados. Mientras se hacía el cambio, Japón se fue al frente.
Un pase filtrado le botó en el área a la defensa mexicana y Miyashiro resolvió sin mayor problema al segundo poste. Había sido la primera clara japonesa, y a partir de ahí generaron varias más, contra una selección nacional que se convirtió en un caos absoluto a partir del tanto.
La crítica en México seguramente se centrará en los jugadores de ataque, pero lo cierto es que el principal problema de esta Sub20 es de media cancha para atrás. César Orona, un central habilitado de contención, no sólo sufrió con los mediocampistas rivales sino que perdió cuanto balón pasó por sus pies. Los centrales dejaban recibir una y otra vez a los delanteros japoneses con varios metros de colchón. Las bandas eran avenidas de donde llegaban innumerables centros.
Si a eso se le suma que, por alguna razón, México intentaba construir a partir de disparatados pases largos del capitán, Gilberto Sepúlveda, defensa central, se pueden entender las razones de la debacle de hoy.
Y, mentalmente, ni hablar. El equipo se derrumbó por completo tras el primer gol. No se escuchaban gritos dentro de la cancha, más que cuando los jugadores se reclamaban entre ellos. No hubo respuesta de ninguna parte y las consecuencias están en el marcador.
Tras el resultado, México necesita golear a Ecuador y esperar una combinación de resultados para avanzar pero, más que eso, tras lo visto hoy, parece que el objetivo será tener un partido decoroso para evitar un desastre histórico para una selección nacional en un mundial.