Viste de corbata, un impecable traje azul y calza un par de lustrosas botas vaqueras color marrón. Es un aficionado a la música de Vicente Fernández, a quien en algunas ocasiones, acompañado por su esposa, acudió a escuchar en conciertos que el recién desaparecido charro mexicano ofreció en Estados Unidos. Es el embajador Ken Salazar, quien desde hace 100 días llegó a México para representar al gobierno del presidente Joe Biden y asegura, en entrevista con EL UNIVERSAL, que en el problema migratorio que viven México y Estados Unidos nadie es culpable, pero que los dos gobiernos son responsables de crear condiciones de desarrollo y tienen que hacer muchísimo más para que estas personas no tengan que tomar el “corredor doloroso” para huir de la pobreza.
Luego de la tragedia en la que 55 migrantes centroamericanos murieron la semana pasada al volcar el tráiler en el que eran traficados, el presidente Andrés Manuel López Obrador dijo que pese a sus reiterados y urgentes llamados al gobierno de Estados Unidos, “no se ha podido lograr que se atiendan las causas que originan el fenómeno migratorio”; “allá tienen que enfrentar a un elefante reumático que no camina”, y el gobierno estadounidense “no actúa de manera ejecutiva y esto amerita una atención urgente.
“Estamos haciendo lo que podemos hacer… y con el hombro fuerte del presidente López Obrador y el gobierno mexicano, y el hombro fuerte del presidente Biden y Estados Unidos, podemos hacer hasta más”, responde el diplomático a la crítica presidencial.
Además del tema migratorio y del tráfico de personas, hay varios retos que el embajador Salazar asegura que deben enfrentar juntas ambas naciones, entre ellos, las amenazas que representan para América del Norte el tráfico de armas y la expansión comercial y tecnológica de China.
Sobre la reforma eléctrica, el experimentado político, quien fue secretario del Interior en el gabinete del presidente Barack Obama, asegura que ve difícil que los empresarios de su país, quienes han invertido billones de dólares en este sector en México puedan trabajar si la reforma legislativa en esta materia se mantiene tal y como fue presentada al Congreso por el presidente López Obrador.
La tragedia de Chiapas, de 55 migrantes fallecidos, el presidente López Obrador señala que no ha habido apoyo de Estados Unidos para el desarrollo en México y Centroamérica, ¿Estados Unidos también es culpable de este accidente?
—Culpable no, todos tenemos la responsabilidad para el desarrollo de Centroamérica, de los lugares de donde venían la mayoría de los migrantes, de Guatemala, por eso estamos trabajando —lo dicen el presidente Biden, la vicepresidenta Harris— en crear oportunidades para que los migrantes no tengan que entrar al corredor doloroso. El secretario Blinken dice que los migrantes deberían tener el derecho de quedarse en su hogar, nadie quiere salir de su región ni dejar a sus familias, salen porque ya no tienen esperanza. Por eso el desarrollo económico de Centroamérica y el sur de México es de mucha importancia para los dos gobiernos. He pasado mucho tiempo en el suroeste, en reunión con el gobernador de Tabasco, luego con los siete gobernadores del sur de México y las empresas privadas que quieren invertir. Ya llevamos proyectos, creo que este año se van a ver.
¿La inversión de Estados Unidos va a solucionar el tema de migración?
—Es parte, porque si hay trabajos no se van y por eso trabajamos todos los días para ver qué oportunidades se pueden crear ahí y también se tiene que reconocer que estamos viviendo en tiempos que nunca se habían visto en este hemisferio, que el flujo de migrantes que estamos viendo pasan primero por la pandemia y el desorden de la enfermedad, la economía que siempre ha sido difícil en algunos de estos lugares y tercero, por la política y los gobiernos que no funcionan.
Lo que pasa en Venezuela, nadie quiere vivir en Venezuela, un país de riqueza y oportunidad, porque el gobierno no funciona, la democracia no funciona. Entonces vemos estos flujos de migración que son difíciles, pero trabajando juntos tenemos esperanza que lo podemos resolver.
¿Usted acepta la crítica que hizo el presidente López Obrador [tras la muerte de los 55 migrantes] de que el gobierno de Estados Unidos se mueve como elefante reumático y no es ejecutivo para resolver el tema de invertir dinero en Centroamérica?
—Estamos haciendo lo que podemos hacer y vamos a hacer hasta más. Yo desde que soy embajador me pongo en la posición en la que tengo que ver lo que es posible, y lo que es posible es que con el hombro fuerte del presidente López Obrador y el gobierno mexicano, y el hombro fuerte del presidente Biden y Estados Unidos podemos hacer hasta más, porque las dos naciones, México y Estados Unidos, tienen que hacer muchísimo más, porque esos problemas han estado ahí por muchísimo tiempo.
Llevamos décadas viendo historias como la de Chiapas, desde los 90 se registran muertes de migrantes, vivimos lo mismo que hace 30 años y no pasa nada.
—Porque nunca hemos tenido un sistema regional de migración… lo que pasa es que nunca lo hemos visto como oportunidad de migración en donde se requiere un sistema ordenado con humanidad, protección a los migrantes y poner a la gente que quiere trabajar con los empresarios que los necesitan. Por eso este tiempo que vivimos, si tenemos éxito en lo que hacemos, será un momento transformador.
Lleva usted casi 100 días en la embajada, ¿qué nivel de relación es el que percibe?
—Estoy encantado de estar en México y desde que llegué hemos estado trabajando por todo México y con el gobierno mexicano, y nos va muy bien; hay una relación buena con el presidente López Obrador y con su gabinete, trabajamos mucho con ellos, hay un diálogo entre Estados Unidos y México en materia de seguridad, economía, cambio climático, trabajamos sobre los migrantes. Ya estamos estableciendo, en poco tiempo, una relación de buena comunicación y de trabajo directo con acciones inmediatas.
¿Hay condicionantes?
—No. Hay situaciones difíciles, sólo en la seguridad la cantidad de cosas; economía, las cosas que pasan entre México y Estados Unidos, energía; hay muchas cosas difíciles, pero tenemos acuerdos en muchísimas. Cuando hay comunicación, la relación se basa en un respeto mutuo, en una alianza permanente entre México y Estados Unidos, y con esa relación como base tenemos optimismo en que vamos a poder resolver los problemas.
Enfrentamos una situación económica mundial bastante compleja, ¿qué papel cree que puede jugar la integración de las tres naciones de América del Norte para poder encarar estas amenazas en la parte económica?
—El presidente Biden fue muy claro en la reunión en la Casa Blanca: decía al presidente López Obrador y al primer ministro Trudeau que el centro del mundo y la economía y la democracia deben ser aquí en América del Norte: los tres países, con la economía que tenemos y los valores de la democracia. Nosotros tenemos una manera de ver el mundo, los rusos tienen otra, no es la de la democracia; los chinos también, pero aquí tenemos los mismos valores, por eso estamos enlazados en ver cómo aseguramos ese futuro.
¿Coincide con los dichos del presidente López Obrador de que el crecimiento desproporcionado de China en el mercado mundial representa un riesgo para México, Estados Unidos y Canadá? ¿China es una amenaza real?
—Sí. China tiene una manera de ver el mundo y no es la democracia, no existe. Para nosotros, porque somos países democráticos, respetamos eso, en donde los pueblos determinamos quiénes van a ser nuestros líderes, y sabemos, especialmente cuando vemos lo que pasó en la pandemia, que la seguridad económica, social, el bienestar de nuestras gentes es mejor que si nosotros aquí en América del Norte estamos controlando ese futuro. Por eso, con la pandemia hubo relación buena con las vacunas: 14 millones de dosis se donaron a México, pero, además, la visión que tenemos es asegurar que vamos a estar listos, juntos, para otras pandemias.
¿Ya les aclararon las dudas sobre la reforma eléctrica?
—Estamos trabajando muchísimo, debe haber manera en que se pueda resolver. Hemos entregado recientemente al gobierno mexicano las listas de las empresas que están afectadas por la reforma ahora y las que se pueden afectar en el futuro. El compromiso del gobierno mexicano es que van a hacer todo lo que se pueda para resolver esos asuntos, espero que sí pueda haber progreso. Yo creo que no lo vamos a ver en unos meses, porque es lo que se propuso al no haber votos en el Congreso, pero me parece que el gobierno mexicano, de buena fe, está trabajando en llegar a un resultado que sea bueno.
¿Los empresarios estadounidenses pueden trabajar con una reforma tal cual ?
—Es difícil, muchas de esas empresas han invertido billones de dólares y están ellos hablando no nada más con nosotros y señalando los problemas. Ahora dan la misma información al gobierno mexicano, por eso creo que vamos a encontrar una manera de llegar a donde tenemos que llegar. A donde se tiene que llegar es que si esta economía de América del Norte va a ser una no se puede hacer si no tiene el poder energético que hace la economía posible. Creo que hay buena posibilidad de que se va a resolver.
Ya no hay Iniciativa Mérida, ¿cómo está la cooperación en seguridad?
—El plan Mérida hizo buenas cosas, las inversiones que hicimos en entrenar gente en México, las relaciones que se crearon fueron buenas, pero ya era tiempo de revisar el programa, que había estado por más de 10 años. Lo que ha pasado por el Entendimiento del Bicentenario, que se basa en una relación de que somos socios, que los problemas de las armas que llegan a México que causan tanta violencia es problema de México y Estados Unidos, y vamos a trabajar eso de manera conjunta, como socios. El problema de los traficantes de humanos, de los coyotes, es una cosa transnacional, organizaciones fuertes enlazadas con los narcos, eso es problema de México y de Estados Unidos. ¿Cómo se va a resolver? Como socios, por eso la reunión en la que se aprobaron planes de entendimiento fue un día histórico. Ojalá podamos tener todo el éxito, tenemos la esperanza y la determinación de que van a cambiar las cosas en seguridad en los años que vienen; nunca se va a resolver completamente porque siempre va a haber problemas, pero vamos a tener éxito porque en la manera en que vamos no pueden vivir los pueblos con el miedo.
¿El gobierno de Estados Unidos se siente cómodo con la relación que México lleva con Cuba, Venezuela y Nicaragua?
—Tenemos respeto de la soberanía de México; entonces, van a ejercer su política con otros países de la manera en que determinen los líderes de México. De parte de Estados Unidos no vamos a intervenir en la soberanía de México, nosotros tenemos una vista de Cuba, por ejemplo, que los derechos humanos son tan importantes y no vemos a ese gobierno de Cuba trabajando en la manera de respetarlos. Pero entre México y Estados Unidos habrá diferencias, pero son pocas, lo que no es poco es todo lo que tenemos en común, en lo que vamos a trabajar juntos, y esa es la realidad, lo que va a definir la relación entre las dos naciones.
El embajador agradece la conversación y se retira.