Por: Agencias
Este 1 de enero, se difundió un video en redes sociales donde se captó la caída de parte de una de las paredes del famoso Cañón del Sumidero, un atractivo turístico emblemático de Chiapas, y principal fuente de turismo en la zona. En las imágenes se muestra el derrumbe, mientras turistas navegaban sobre el río Grijalva.
Esta mañana, representantes de diferentes dependencias gubernamentales realizaron varios sobrevuelos y recorridos de evaluación para identificar o descartar futuras contingencias en el Cañón del Sumidero y determinaron que este desprendimiento de tierra fue causado por “fuerzas naturales”.
La Secretaría Protección Civil informó que la Capitanía de Puerto determinó cerrar la navegación con fines preventivos, mientras se realizan los “trabajos técnicos a través de una comisión integrada por Protección Civil del Estado, Conanp (Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas) y Capitanía del Puerto con el objetivo de analizar la situación y emitir un dictamen de riesgo”.
De manera preliminar, el secretario de Protección Civil, Luis Manuel García Moreno, aseguró que: “es un proceso natural entre la intemperie, es roca caliza que se desintegra al contacto con el agua, la diferencia de temperatura entre el día y la noche”.
Por su parte, José Luis Parra Betancourt, geólogo de la Secretaría de Protección Civil de Chiapas, dijo en conferencia de prensa, que Los derrumbes continuarán pues, “van a ocurrir porque ya están identificados, se ven muy marcados, ahí se ven frágiles las rocas que van a caer, por eso la conducción de las lanchas debe ser hacia el centro del río no sobre las márgenes, porque es una zona de peligro”.
Sin embargo, habitantes de la zona denunciaron que este derrumbe pudo deberse a trabajos de una empresa de cal recientemente clausurada. Durante 54 años, la empresa Cales y Morteros del Grijalva extrajo material pétreo en terrenos ubicados en un extremo de sus paredes, fue hasta el pasado día 30 de diciembre la Secretaría de Salud determinó cerrarla, por los riesgos a la salud que implica el polvo que se desprende de la extracción.
Alejandra Aldama, habitante de Ribera de Cahuaré, localidad asentada dentro del parque señaló que en estos años la empresa había desmontado unas 50 hectáreas de selva baja, dejando un boquete de entre 30 y 50 metros de profundidad detrás de la pared oriente del cañón, misma que medios locales habían señalado que se encontraba en riesgo desde hace meses.
Según una investigación del diario Milenio, la empresa no cuenta con permisos de operación correspondientes, tales como la Manifestación de Impacto Ambiental, la Cédula de Operación y el Cambio de Uso de Suelo que emite la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat); tampoco tiene licencia de Uso de Suelo del municipio ni autorización en materia de Impacto Ambiental por extracción y procesamiento de materiales pétreos.
La mina solo cuenta con licencia de funcionamiento otorgada en 1999 y actualizada de manera irregular por la delegación de la Semarnat en Chiapas en 2009 y 2016. Desde 2002, mujeres y hombres de Ribera de Cahuaré denunciaron ante instancias federales y locales la operación ilegal y devastadora que esta mina ocasionaba, sin embargo, sus denuncias fueron atendidas solo hasta hace unas semanas.
Si bien los desprendimientos de tierra son algo natural que suceden tras miles de años de desgaste y erosión, actividades agresivas como la minería a cielo abierto y la deforestación aceleran considerablemente estos procesos y los hacen mucho más peligrosos.
