La policía busca a un hombre en los suburbios de Denver acusado de rociar gasolina a dos personas en una estación de servicio tras enfrentarse a ellas porque hablaban en español. “No pertenecen aquí”, les dijo, según dijeron las autoridades de Aurora (Colorado).
El hombre buscó supuestamente algo para encender la gasolina antes de romper la ventana trasera del auto de las víctimas, tomar las llaves y marcharse, según la policía, que investiga este incidente, ocurrido el 23 de julio, como un presunto crimen de odio. Hasta ahora no hay detenidos, según informó la sargento Faith Goodrich.
Es el segundo ataque contra latinos en un mes, según las autoridades. De julio a diciembre de 2021, hubo 25 delitos de odio, según un informe de la policía de Aurora. Y de enero a junio de 2022, se han denunciado 23 delitos, 10 de los cuales han sido reportados contra personas negras y dos contra hispanos.
“Los detectives están investigándolo como un crimen motivado por prejuicios y necesitan su ayuda para identificar al sospechoso”, dijo la policía de Aurora, que describió al sospechoso como un hombre de unos 20 años que puede ser hispano o asiático.
El incidente ocurrió a las 11 de la noche en la estación de servicio Rocket, en la calle Havana, una vía principal del suburbio del este de Denver. El hombre se enfrentó a las víctimas dentro de la tienda de la gasolinera después de oírlas hablar en español y “les dijo que no pertenecían a este lugar”, según indicaron las autoridades.
Según las declaraciones de las víctimas y los testigos, las pruebas recogidas en el lugar de los hechos y los videos de vigilancia, el hombre les siguió hasta su coche y utilizó el surtidor de la estación para rociarles con gasolina, explicó la sargento Faith Goodrich.
Chris Martinez, empleado de la tienda dijo a la estación de televisión KMGH-TV que llegó a trabajar justo cuando el hombre se iba. “Enseguida pude oler la gasolina por todas partes”, relató.
“Hablo español con la mayoría de los clientes”, dijo Martinez, “y que sientan o vean que, ya sabes, que alguien les ha echado gasolina sólo por hablar en español es muy, muy aterrador”.
