Ciudad de México.– El secuestro masivo de migrantes ocurrido el pasado 3 de noviembre en Veracruz para luego ser entregados a integrantes del crimen organizado en algún lugar desconocido en Puebla, ya no es solo el dicho de un ombudsman estatal. Ahora, es un caso oficialmente investigado por la Fiscalía General de Puebla, que cuenta con pruebas del delito.
En el expediente, la Defensoría de los Derechos Humanos del Pueblo de Oaxaca (DDHPO) volcó los testimonios de tres testigos del secuestro. Una de esas personas, cuya identidad permanece desconocida por su seguridad, reveló en una frase la magnitud de lo que estarían viviendo aquellos centroamericanos privados de su libertad en México: “65 niños y siete mujeres fueron vendidos”.
Arturo Peimbert, titular de la Defensoría de los Derechos Humanos del Pueblo de Oaxaca, quien originalmente contó esta historia, aseguró que HuffPost México insistió en que nadie subiera a vehículos desconocidos, pero la desesperación y el miedo a quedarse varados le ganó a varios migrantes.
Hasta el momento, aseguró el ombudsman Arturo Peimbert, nada se sabe de los niños y mujeres que estarían en poder del crimen organizado. Su temor es que sean víctimas de actividades ilegales como trabajos forzados y explotación sexual.