«Renuevo la invitación a rezar el rosario cada día del mes de octubre, para rechazar los ataques del diablo que quiere dividir a la Iglesia», pidió este domingo 7 de octubre, al final de su bendición dominical con el Angelus, pronunciada ante miles de personas en la Plaza de San Pedro del Vaticano.
Con esas palabras, Francisco recordó la solicitud que él mismo lanzó a todos los fieles para que recen diariamente, desempolvando para la ocasión dos históricas oraciones: «bajo tu amparo», dirigida a la Virgen y muy utilizada por los místicos rusos; y la invocación a San Miguel Arcángel, del Papa León XIII.
Una peculiar «invitación» que llegó tras varias semanas de escándalo público causado por los abusos contra menores cometidos por clérigos en Chile y Estados Unidos, así como las acusaciones lanzadas por el ex diplomático vaticano, Carlo María Viganó, quien apuntó directamente contra el Pontífice.
En un memorial de 11 páginas, el ex embajador papal en la Unión Americana, acusó al Papa de haber encubierto los ataques sexuales contra seminaristas del ex cardenal y arzobispo de Washington, Theodore McCarrick. Pero fue refutado en una dura carta por el cardenal Marc Ouellet, prefecto para los Obispos del Vaticano.
Preocupado por esta situación, Jorge Mario Bergoglio llamó al sacerdote francés Fréderic Fornos, director de la Red Mundial de Oración del Papa, para pedirle el lanzamiento especial de una campaña de oración.
«Está claro que la Iglesia está viviendo un momento muy difícil. Se han escuchado escándalos, cosas horribles como los abusos sexuales, de poder y de conciencia. Además se perciben divisiones internas, con ataques o denuncias. Esto crea confusión, malestar, desorientación», constató Fornos, en entrevista.
Explicó que, si bien las turbulencias pueden tener lecturas varias, para el Papa es claro que las divisiones y los problemas en la Iglesia tienen una raíz más profunda: la existencia de un «combate espiritual», con un «enemigo» concreto que es el demonio.
Al mismo tiempo aclaró que, con esa convicción, Francisco no busca justificarse o quitarse responsabilidades ya que -subrayó- existen problemas, como los abusos sexuales, que se necesitan afrontar con medidas concretas.
Sostuvo que por causa de ese «combate espiritual los fieles deben «estar vigilantes» y «no dejar espacio al enemigo», que «intentará arrastrarlos por los caminos de división». «Diablo, en griego, es ‘el que nos separa’, ‘el padre de la mentira’. Hay que entender que este combate va más allá», siguió.
Para Fornos, la mayoría de las veces las personas no se dan cuenta de la existencia de este combate, porque han perdido el sentido de lo sobrenatural. Por eso, con sus actitudes pueden caer en «las trampas» del enemigo.
«¿Qué hace el enemigo de la naturaleza humana? Como un capitán que mira una fortaleza, busca los puntos débiles para atacarlos. Todos sabemos que, en una guerra, es mejor tener un cómplice dentro para que abra la puerta y el castillo caiga», abundó.
En su conversación telefónica, Francisco se tomó el tiempo de explicar al sacerdote jesuita todos los detalles de la campaña. «Cuando el Papa pide rezar por la Iglesia, no es por la jerarquía, es por todos nosotros», continuó.
Agregó que, para el líder católico, esta petición es «una urgencia» porque «frente a este demonio, que intenta dividir a la Iglesia, lo único que sirve es la oración».
Reseñó que, de alguna manera, los feligreses -en sus corazones- caen en una «cierta connivencia» con el diablo: cuando se prestan a los rumores, cuando están siempre con una mirada crítica o le dan importancia a los comentarios «jugosos» que se transmiten en la prensa.
«Ante esto se requiere la conversión de todos», ponderó. Por lo pronto, la Red Mundial de Oración del Papa lanzó un video para animar a todos a rezar, junto con una serie de infografías y materiales reunidos bajo la etiqueta #PrayForTheChurch (Reza por la Iglesia).
«La petición del Papa se ha extendido rápidamente en las diócesis, las parroquias y los grupos; más rápido de lo que esperaba», confesó.
Y añadió: «Pensaba que sería más largo de lanzar, porque las oraciones propuestas no todos las conocen y son bastante antiguas. Pienso que todo el mundo tiene conciencia de que es necesario rezar por la Iglesia».