Se observan escenas dramáticas de hombres, mujeres y niños en el cruce, suplicando entrar a Estados Unidos
Polleros, conocidos como el Cheche, El Lalo, El Gallo y el Carlitos en un claro desafío al Instituto Nacional de Migración y otras autoridades estatales y locales, lanzaron ayer por la tarde de nueva cuenta a decenas de migrantes extranjeros que permanecían en los albergues a cruzar hacia Estados Unidos por el río Bravo, sin medir el riesgo para familias que incluso traían a bebés de brazos consigo.
Las escenas de grupos de indocumentados apilados a la orilla del Bravo en el lado de Eagle Pass se presentaron de nueva cuenta, en donde las familias suplicaban a los elementos de la Guardia Nacional de Texas permitirles entregarse para pedir asilo, al verse impedidos avanzar por las alambradas cortantes que se instalaron.
Incluso algunas familias estaban dispuestas a pernoctar en la orilla del río al encender fogatas para mitigar el frío que por la noche se siente al descender la temperatura.
Los albergues prácticamente quedaron vacíos y las autoridades sospechan que estos migrantes ya están conectados con los polleros o traficantes, pues en instantes se vaciaron las instalaciones del Ejército de Salvación, de Frontera Digna y otros que operan iglesias evangélicas y que son usados por las bandas de traficantes para concentrar ahí a los extranjeros y no ser molestados por las autoridades.
El Instituto Nacional de Migración apenas simulaba con tres agentes detener a media docena de migrantes a la altura del puente del ferrocarril, mientras decenas cruzaban por el Paseo del Río hacia Texas.
Estas escenas se han repetido desde el viernes por la noche y pese a los exhortos con altoparlantes de la Guardia Nacional de Texas de que no crucen por el río, los migrantes no frenan su paso.